Inma Cuesta
Podría ser la musa de un moderno Julio Romero de Torres, y su larga melena llama tanto la atención que muchas veces le preguntan si el pelo es suyo. Pues sí, es todo suyo. Inma Cuesta ha saltado al éxito desde la serie Águila Roja, que llegará al cine con los mismos protagonistas que la han hecho triunfar en televisión. “Es una serie de aventuras bastante innovadora, y cuando se estrenó nadie sabía muy bien cómo la recibiría el publico”, comenta. Ha traducido en proyectos cargados de futuro la popularidad que da la televisión, ha rodado Primos, una comedia optimista de Daniel Sánchez Arévalo, y empezará en enero una película basada en La voz dormida, de Dulce Chacón, dirigida por Benito Zambrano. “Ya me había leído el libro, y mi personaje, Hortensia, me fascinó”, dice Inma. Un plan de fiesta perfecto para ella es “hacer una cena en casa con los amigos y mi perrita Rumba, o ir al teatro o al cine y luego de tapeo. En mi tierra, Jaén, aún ponen las tapas gratis”. Como actriz, tiene un deseo para el 2011: “Afrontar nuevos retos y encontrar personajes que me den la posibilidad de evolucionar”.
El peinado La peluquera le hace una trenza deshecha, sofisticada y juvenil, porque “tiene una cara tan elegante que, si se apuesta por un cabello más trabajado, se le pondrían años encima”, explica.
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